viernes, 25 de mayo de 2007

Fernando Martín Dopazo














Nació el 6 de diciembre de 1983, vive en la Ciudad de Buenos Aires donde estudia la licenciatura en Letras. Es fanático de Los Beatles y su fruta preferida es la manzana verde.
No tiene libros publicados.


Poemas.


lágrimas de humo blanco…

Será como en los lunes grises
cuando el sol se apaga,
escondido entre los velos
de humo de ciudad,
y el ruido se aleja,
dejando un silencio
oportuno,
aparente,
ficticio.

Será como una boca cerrada
que aprieta a la fuerza
los labios,
que emite gusanos de seda,
que merienda la torta de un cumpleaños,
que calla el grito
sólo para pensarlo,
con la paz en la lengua
y las muelas en juicio.

Será como el rezo,
personal,
indivisible,
con los ojos cerrados
y la mente pidiendo
que la ficticia mano
desate los nudos del destino
y barra de impurezas
el camino no transitado,
los ojos conocidos.

¿Será entonces
que seré humo blanco,
que seré no-carne,
no-tacto,
no-respuesta?

Si llego a ser eso,
entonces lloraré no-gotas:

lágrimas : humo.



la espera –imaginaria-

Atada con pañuelitos de seda
y vestida de sogas,
probablemente midiéndolo todo
con la mirada
flotante
sobre el colchón…

Abierta de par en par
como el cielo
recibiendo Sol,
contando los segundos
de su res-pi-ra-ción
entrecortada…

A su alrededor velas
fábricas de figuras,
espectros de poca luz
sobre la pared
(cuerpos sin pies).

Como zarpazo al vientre
¡Se arremolina!

Agota la espera
y desciende la mano
recreándose
con cinceladas de fuego
que hacen ruiditos
sobre el lienzo mojado.

(Húmedas las paredes)

Ya en el clímax
hace mímica
un nombre…

(y yo todavía sin......llegar

o

ella

imaginaria)



luego un túnel

Una lámpara incandescente,
dos pupilas que se expanden
y una sola gota que concentra,
en el lagrimal izquierdo,
los últimos recuerdos.

Luego, un túnel de paredes blancas,
una orquesta de bandoneones invisibles,
la voz del Polaco rasposa y brillante como un adoquín,
y una pelota desde la derecha que queda picando
para que se entusiasme la zurda.

Más adelante, una radio hecha pedazos en el suelo,
un crucigrama interminable,
el grito desenfrenado de un gol a los ingleses,
cuatro nudillos hundidos en una pared,
y la puteada que despierta carcajadas de complicidad.

Una foto en la memoria.
Un beso, un rulo y un baile en el bolsillo.
Una lágrima en la mano,
y olor a mar en su ropa.

3 comentarios:

Chapa dijo...

Un gusto que le entrarras al proyecto man!

Woolrich dijo...

Que tasl martín, también te doy la bienvenida. saludos

Anónimo dijo...

Hey muchachos!! gracias a ustedes por la invitación. Los saludo a ambos!