lunes, 28 de mayo de 2007

Rogelio Guzmán Verduzco.



Nacido en Morelia, Michoacán, el 11 de Octubre de 1982 a las 19:30 hrs. en el Sanatorio Guadalupano (hoy convertido en estacionamiento). Su actual y momentánea residencia es Texcoco de Mora, Estado de México. Estudia la Vida y sus múltiples formas de vivirla. Sin libros publicados y un poema aparecido en La Jornada Michoacán del Lunes 8 de Mayo de 2006.

Poemas

AL CARAJO

Me encuentro a la expectativa

los minutos corren

los siento correres como si se alejaran

y no

y no

Siempre hay días en que la enfermedad

del corazón

se convierte en la cura

a lo que ya no importa

En el ir y venir de todo

es triste cuando ya nada se puede decir

que ya no esté dicho

que ya no esté vivido

Si se tiene algo que vomitar

¿porque contenerse?

si no se tiene nada por vomitar

¿porque no?

Es tan difícil para el alma de uno

vivir a sabiendas de ya ser triste copia

de lo que pudimos ser y no fuimos

de lo que se nos pronosticó en la infancia

Pero eso ya no importa

sequemos nuestras lágrimas

degustemos el dejo amargo de nuestra bilis

y, con el siempre presente rosario de puteadas

vayamos donde nadie nos quiere esperar

vayamos donde siempre vamos a ir

vayamonos todos

juntos y de una buena vez

al carajo.

DE CIERTAS COSAS COMPAÑERAS

Hay una nube que me viene susurrando linduras
Calladita, esponjosa, azul…

No llueve, es una nube suave
Suave…
Como el reposo de cerrar los ojos
Y quedarme dormida despacito
Hasta no darme cuenta que me he dormido

Hay una mirada que me gusta poner
De sorpresa auténtica

Pero sin espanto, sin ansiedad
Es de buenas sorpresas
Divertidas
De que no sabía que venías para verte y vienes
O ese mensaje que mandas
Que leo y sonrío y sigo sonriendo por horas

Hay el sueño
Ese que siempre me sueña
De la vereda que no he visto

Con árboles a los lados
Frondosos, silentes, verdes y ocres
Y por ahí recorro yo, mirando, mirando
Voy descubriendo el camino de mis sueños
En cada paso que ando entre árboles silentes, verdes y ocres

Hay una canción que me alegra
Tanto como otra me llena de agua los ojos

Y las quiero a las dos
Las mimo porque me miman
El agua que me llueve con la segunda
La seca el sol de la primera
Y termino con el alma limpita
Con olor a pueblito recién lavado

Hay estas letras que escribo
Para escribirlas, para decirme
Que hay cosas que no sé, que no quiero saber
Porque cantan solitas, sin que las sepa

Hay aquí una niña, una mujer, una anciana
Hay que escribo, hay que digo
Hay que quiero, hay que vivo
Hay que sueño, hay que acabo.

ESCENA SEGUNDA DEL ÚLTIMO ACTO

El camino del Exceso
Conduce al Palacio de la Sabiduría.
William Blake


No dijiste que me amas
Me gusta eso, la sinceridad
Que vengas y me digas
Y que acepte y que vengamos
Y estar aquí.

No necesitas embriagarme
Puedo hacerlo sola

Ni engatuzarme
Mis piernas ya están abiertas

Pero ya terminaste
O eso dices
O eso creo… siento
En la cálida melaza
Que escurre entre mis muslos,
Se enfría tan rápido…

Te tumbas a un lado
Clic
Clic
Clic
Inhalas

¿Es mi mano la que te hace a un lado?
¿Soy yo quien inhala también?

No que importe saberlo
Todo se disuelve en el amargo néctar
Que enjuago con el corazón de esa botella
En un trago
Y otro
Y más…

La nausea es casi instantánea
Tos
Arcada
Vómito
Por el hilo de baba blanda
Que escurre de mis labios
Voy descubriendo el camino de mis sueños
Rotos, quedados, dejados
Contigo, en esta cama
Ahora, que tener quince años
Ya no importa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

buenos poemas

Chapa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

me gusta leerte, buenas letras, todo un placer.

Anónimo dijo...

Que onda carnal soy hops, comunicate